En 2016, una excavación en un asentamiento del Neolítico tardío en Jiaojia, una aldea en la provincia de Shandong, China, reveló un descubrimiento fascinante de un grupo de individuos inusualmente altos que vivieron hace unos 5.000 años. Estos antiguos “gigantes” se destacaron en la historia, insinuando las posibles tendencias futuras de crecimiento de la raza humana.
La excavación y los hallazgos importantes.
La excavación, dirigida por investigadores de la Universidad de Shandong, desenterró una gran cantidad de artefactos intrigantes en Jiaojia. Según la agencia de noticias estatal china Xinhua, el sitio reveló 104 casas, 205 tumbas y 20 fosos de sacrificios. Esta zona, un cementerio del Neolítico tardío, estuvo habitada por la cultura Longshan, también conocida como la “cultura de la cerámica negra”, que prosperó aproximadamente entre el 3000 y el 1900 a.C.
Razones detrás de la altura inusual
Los científicos sugieren que la altura inusual de estos individuos podría atribuirse a factores tanto genéticos como ambientales. Sorprendentemente, la altura sigue siendo una característica definitoria de la gente de Shandong en la actualidad. Datos de 2015 indican que la altura promedio de los hombres de 18 años en la región es de 179 centímetros, 5 centímetros más que el promedio nacional.
Fang Hui, director de la escuela de historia y cultura de la Universidad de Shandong e investigador principal de la excavación, señaló que la civilización del Neolítico tardío en Jiaojia se dedicaba a la agricultura. Esto significa que los aldeanos tenían acceso a una variedad de alimentos nutritivos, siendo el mijo un cultivo común y los cerdos desempeñando un papel importante en la cría de animales. Esta dieta estable y abundante probablemente influyó en las proporciones físicas de los antiguos chinos, incluida su altura.
Comparación con otras culturas
Curiosamente, los individuos más altos de la cultura Longshan se encontraron en tumbas, lo que sugiere que pertenecían a estratos sociales más altos y, por tanto, tenían acceso a una mejor nutrición. Por el contrario, es posible que las comunidades vecinas no hayan tenido una dieta tan equilibrada ni condiciones ambientales tan favorables, lo que contribuyó a estaturas más bajas. Por ejemplo, algunos de los pueblos prehistóricos más pequeños fueron los mayas centroamericanos, con alturas promedio de 158 centímetros para los hombres y 146 centímetros para las mujeres.
La idea de que la altura como rasgo genético beneficioso existía mucho antes del Neolítico y del pueblo Longshan está respaldada por un estudio reciente realizado por científicos checos de la Universidad de Masaryk. Encontraron genes de altura entre la cultura gravetiense, europeos del Paleolítico tardío que vivieron hace 50.000 a 10.000 años y eran cazadores de mamuts. Los más altos alcanzaron una altura de 182 centímetros.
Pavel Grassgruber, autor principal del estudio sobre la cultura gravetiense, afirmó: “La abundancia de proteínas de alta calidad y una baja densidad de población crearon condiciones ambientales que llevaron a la selección genética de machos altos”.
Factores que influyen en la altura
Si bien está claro que muchos factores influyen en el crecimiento humano (ecología, herencia, diversas enfermedades, etc.), las razones exactas por las que algunos grupos son más altos que otros siguen siendo complejas y multifacéticas. El estudio del crecimiento humano todavía tiene muchos puntos ciegos debido a las numerosas variables involucradas.
[contenido incrustado]El descubrimiento de los antiguos “gigantes” en Jiaojia no sólo estimula la curiosidad sino que también proporciona información valiosa sobre la evolución y el desarrollo de los rasgos físicos humanos a lo largo del tiempo. Estos hallazgos enriquecen nuestra comprensión de la cultura y la sociedad de los pueblos antiguos y abren nuevas vías para la investigación sobre las influencias genéticas y ambientales en la altura humana. A medida que los científicos continúen analizando estos descubrimientos, podemos esperar descubrir detalles aún más fascinantes sobre la vida de nuestros ancestros lejanos.